VIOLACIÓN
DE SEGURIDAD CLASE IX
ACCESO NO
AUTORIZADO AL BANCO DE DATOS
SELLANDO
RED CON CORTAFUEGOS IV
ANALIZANDO
INTRUSO
DETECTADO
CAPACIDAD PSÍQUICA
VALOR =
680.000 u
RANGO =
MAESTRO MENTALIZADOR
NIVEL = NO
EXISTEN REFERENCIAS COMPARABLES
PELIGRO =
LETAL
CERRANDO
COMPUERTAS
ACTIVANDO
POZO DE GRAVEDAD Y GLACIACIÓN
MISIÓN
= SUPRIMIR AL SUJETO
Que
hubiera sido descubierto por la Inteligencia Virtual del ordenador de
la cámara de aislamiento psíquico, no parecía
importar en exceso al Maestro Mentalizador que se había
infiltrado en su interior. Su conciencia estaba lejos de ahí,
navegando entre los recuerdos de los jóvenes mentalizadores
esclavos que habían vivido y muerto aquí a lo largo de
años, los cuales aún perduraban como huellas psíquicas
palpables para alguien sensible a percibirlas, como él.
Tampoco sentía el peso de las gravedades que
aplastaban los objetos de la cámara hasta reducirlos a laminas
de un milimetro de grosor, ni el intenso frío glacial que
debería haberlo congelado hasta cristalizarlo. Su poder,
simplemente, trascendía las leyes del ámbito físico;
más bien, las gobernaba según sus designios.
Su
formidable aspecto, hacía de la reverencia un imperativo. Su
elevada estatura, por encima de la media, y su magnífica
complexión atlética, eran propios de los gladiadores
del antiguo Imperio. Iba ataviado con una armadura amplificadora
luminiscente: el traje de los Mentalizadores de más alto nivel
al servicio del Emperador. Un prodigió del renacimiento
científico del segundo milenio del Éxodo: La armadura,
diseñada para soportar las condiciones de fuego físico,
láser y explosiones más extremas; disponía de un
sistema interno de mantenimiento vital, que monitorizaba las
constantes vitales, y mantenía su equilibrio mediante
transfusiones y múltipes drogas experimentales secretas;
además, amplificaba notablemente la fuerza, velocidad y
agilidad del Mentalizador muy por encima de los límites
humanos; y, representaba sus pensamientos a través de la
cubierta exterior negra luminiscente, mediante un lenguaje que iba
desde diferentes idiomas rúnicos a la representación
visual más abstracta, formando imágenes, que, unidas a
los poderes psíquicos del Mentalizador, no hacían sino
aumentar el poder de sus invocaciones mentales sobre la realidad que
le rodea.
En
este momento, la cubierta negra luminiscente de la armadura
amplificadora del Maestro Mentalizador, bullía de actividad.
Transcribía con columnas rúnicas verticales de color
rojo, los recuerdos psíquicos grabados en la cámara por
los Mentalizadores Esclavos, absorbiendo su esencia de las paredes,
de modo que los borraba. Nadie volvería a tener acceso a
ellos, exceptuando los Maestros del Enclave de Mentalizadores.
Era
un peligro para el principal proyecto de los Mentalizadores.
El
rostro del Maestro Mentalizador era inolvidable: desde la parte
superior de la sien izquierda hasta la inferior de la mandíbula
derecha, cuatro enormes cicatrices desgarraban sus facciones
esculturales. Un recuerdo imperecedero del precio que había
pagado por el conocimiento de las artes mentalizadoras más
oscuras, que aprendió de seres impíos de los ámbitos
más ignotos, con los que estableció pactos de sangre a
cambio de favores por cuyo conocimiento reduciría mundos a
cenizas. Su ojo izquierdo, alcanzado por las garras que hendieron su
carne, era blanco, ciego; el derecho, azul penetrante, brillaba como
fuego infernal.
Sus
rasgos parecían cincelados sobre roca: pomulos prominentes y
afilados, mejillas huesudas, mándibula ancha y firme, barbilla
poderosa, labios delgados, cejas puntiagudas, nariz aguileña.
Piel pálida y albina marcada por las cicatrices.
Quizás, lo que más destacaba en él,
además de su mirada y las cicatrices, era su cabellera
pelirroja tocada por el fuego. Una cascada de pelo denso y sedoso que
flotaba por el aire formando una gran corona en derredor de su
cabeza, que ignoraba la gravedad de la cámara animado por el
poder psíquico que emergía del Maestro Mentalizador,
furioso por las visiones de sufrimiento que desvelaban las huellas
psíquicas de la cámara.
Eran más de lo que podía soportar.
Cuando su armadura amplificadora luminiscente
transcribió sobre su negra cubierta la última columna
vertical rúnica rojo, completando la absorción de los
recuerdos marcados en las huellas psíquicas de la cámara
acerca de los jóvenes mentalizadores, la cubierta luminiscente
volvió a su siniestro tono negro. El Maestro Mentalizador
cerró sus ojos brillantes, y se concentró
profundamente, invocando poderes ancestrales de la antigua sangre,
que ahora fluían libremente por su cuerpo.
El
suelo acorazado de la cámara de aislamiento psíquico
tembló.
En
el pecho de la cubierta de la armadura luminiscente negra, se dibujó
un sigilo blanco de poder elemental que se expandió por el
cuerpo del Maestro Mentalizador con venas de tejido rúnico. A
su paso, un aura blanca electrizante, envolvió el cuerpo con
su indomable energía. En el reves de ambas manos, el sigilo
blanco del pecho, el signo de Yxortharn, el fuego
psíquico, se dibujó también, a menor escala. Sus
puños encrespados por la rabia, se abrieron para conjurar bajo
su palma sendas esferas de fuego psíquico blanco, en constante
crecimiento, cuyo poder producía lenguas de llamas que
ascendían verticalmente hasta por encima de la cabeza del
Maestro Mentalizador. Dándole si cabe, un aspecto aún
más impresionante y amenazador.
Con
la unión de cada eslabón del tejido rúnico que
unía los siglos de Yxortharn sobre la cubierta
de la armadura luminiscente, el poder del Maestro Mentalizador
traspasaba un nuevo umbral. Su cascada de cabellera pelirroja
brillante se arremolinaba cada vez más inquieta flotando por
el aire de la cámara como si buscara algo a lo que golpear.
Mientras, un torrente de rayos emergía del cuerpo del maestro
Mentalizador, golpeaba con violencia las paredes acorazadas de la
cámara.
Sobre el tapiz de cristales verticales rúnicos en
bajo imperial que componían el teclado de la consola de la
cámara de aislamiento psíquico, los proyectores
holográficos representaban la imagen humanizada de la IV de
seguridad: un cuerpo humanoide dibujado con ríos de
información fluctuante naranja, que hablaba con una voz
mecánica fría e impersonal al Maestro Mentalizador, sin
éxito. Al principio, calculando que la presión grávica
vencería al intruso en unos segundos, con una arrogancia
ciertamente muy humana, le había invitado a rendirse. Pero, el
Maestro Mentalizador, sumido en las visiones de las huellas
psíquicas, y, ajeno a las dificultades de soportar gravedades
extremas, ni siquiera percibió su presencia. Ahora que las
lecturas de energía psíquica amenazaban con poner en
peligro la integridad del propio nivel de Arcadia, la IV no hacía
sino ofrecer su rendición incondicional al Maestro
Mentalizador. Obedeciendo a la directriz de su programación
que anteponía la seguridad de la estación espacial a
cualquier otro condicionante.
Para su desgracia, el Maestro Mentalizador no escuchó
sus palabras.
Abrió sus ojos, ascuas deslumbrantes de fuego
blanco y azul, y clavó su dura mirada en la perversión
informática que torturó a los jóvenes
Mentalizadores, sin el menor atisbo de compasión. El aura de
fuego blanco que envolvía su cuerpo se expandió un
palmo en derredor suyo; la tormenta de rayos, se volvió
frenética, y las esferas de fuego psíquico, crecieron
hasta cubrir los antebrazos del Maestro Mentalizador.
Sólo tuvo que decir una palabra para desatar la
destrucción.
Los
tres sigilos de Yxortharn, brillaron con la intensidad
de un sol. Una ola de fuego psíquico blanco tempestuoso se
abalanzó contra la consola y la IV. Los cristales rúnicos
del tapiz que componían el teclado, explotaron al contacto con
el fuego psíquico, y se consumieron. Mientras, los
dispositivos holográficos integrados en la pared acorazada, se
fundieron con las primeras capas del blindaje.
La
última acción de la IV. Una llamada de auxilio. Jamás
fue respondida.
Una
segunda palabra, causó una destrucción aún más
devastadora.
El
torrente de fuego psíquico que producía su cuerpo, en
constante aumento, se arremolinaba en derredor suyo, girando una
velocidad vertiginosa, que no hacía sino producir más
rayos. Su segunda palabra, transformó el torrente de fuego
psíquico en una tormenta formidable, que se batió
contra las paredes de la cámara de aislamiento psíquico.
Lenguas de fuego psíquico golpeaban como un torbellino cada
pared una y otra vez. La fuerza de los impactos, sumados a los miles
de grados de temperatura, hicieron de un blindaje propio de una nave
de guerra, un mero juguete.
Las
capas del blindaje eran arrancadas por la fuerza del torbellino, e
incorporadas a la tormenta como afiladas hojas de toneladas de peso,
que hendían profundamente las capas de blindaje más
propensas a fundirse. La máquina del pozo de gravedad, situada
bajo la cámara, desgarrada por las corrientes de rayos de la
tormenta, se quemó. Y las afiladas capas de blindajes que
giraban con el torbellino, libres de su insidiosa gravedad
artificial, se estrellaron como obuses contra las paredes de la
cámara.
El
impacto fue tan brutal, que la mayor parte de los últimos
vestigios del blindaje cedieron, revelando la superficie de piedra
excavada del asteroide sobre la que se había construido su
interior Arcadia. Sólo resistía la puerta principal.
Y
no sería por mucho tiempo.
El
signo blanco de Yxortharn del pecho, fue sustituido por
el sigilo añil de Xandross, el signo de la
gravedad psíquica. El Maestro Mentalizador, se dio la vuelta
encarando la puerta principal. Abrió ligeramente sus brazos en
diagonal descendente, formando la figura de una V invertida. Y
concentró la tormenta de fuego psíquico frente a él,
observando como el fuego psíquico blanco etereo se convertía
en añil y untuoso, casi palpable, más físico que
espiritual, como si fuera agua ardiente.
Una
vez combinados los sigilos de Yxortharn de las manos
con el de Xandross, el Maestro Mentalizador, lanzó
su ataque. La tormenta de fuego psíquico añil, golpeó
como un martillo contra la puerta principal acorazada de la cámara.
Una vez, otra y otra. Cada impacto, hacía temblar la cámara
y hundía un poco más el blindaje de la puerta. En la
parte central, se apreciaba una hendidura de medio metro de
profundidad y en aumento. El Maestro Mentalizador no parecía
cansarse.
Simplemente, estaba impaciente.
Sin
interrumpir el ciclo de golpes contra la puerta principal, invocó
uno más de sus poderes. El sigilo de Pyros. El
signo del fuego procedente de las simas avernales. Su simbolo, se
mezcló con el de Xandross del pecho, y los de
Yxortharn de las manos, creando nuevos sigilos que
combinaban ambos poderes. La cubierta de su armadura amplificadora
luminiscente se volvió onice. Mientras, que los sigilos y los
tejidos rúnicos adquieron un tono bermellón que se
confundía con la cabellera pelirroja del Maestro Mentalizador.
El
fuego psíquico que golpeaba la puerta principal experimentó
la misma transformación. Y en apenas unos segundos, el
martillo añil se convirtió en un punzón
bermellón, que atravesó de sólo un golpe la
hendidura del blindaje. Abriendo lenta pero inexorablemente una
profunda herida, devorando milimetro a milimetro sus aleaciones.
Evaporadas y fundidas al contacto con un fuego de millones grados.
Cuando la obertura se hizo lo suficientemente grande
para permitir el paso del Maestro Mentalizador, la tormenta de fuego
psíquico desapareció junto a los sigilos de poder que
brillaban en la armadura amplificadora luminiscente. De nuevo negra
reluciente y helada.
El
Maestro Mentalizador cruzó el umbral de la puerta principal de
la cámara de aislamiento sin atisbo de temor, imponente y
desafiante. La ausencia de armas en él, no era sino una señal
de mayor peligro. Sólo los Maestros Mentalizadores de más
alto nivel renunciaban a las armas de su hermandad.
Ellos mismos, el epítome del Mentalizador Puro,
eran el arma.
Algo que los celadores de Arcadía comprendieron
demasiado tarde, cuando el Maestro Mentalizador acudió al
nivel, guiado por las señales de las huellas psíquicas
de los jóvenes Mentalizadores.
Los
cadaveres carbonizados de los celadores todavía humeaban a los
pies del Maestro Mentalizador. Después de haberse encontrado
con la muerte hacía poco más de media hora.
Las
alarmas de Arcadia seguían sonando frenéticamente. Al
igual que los disparos láser y las explosiones propias de
feroces combates. Las fuerzas imperiales y los discípulos del
Maestro Mentalizador combatían a las fuerzas corsarias de los
Señores Piratas hasta la muerte. Arcadia era un caos. Y la
misión del Maestro Mentalizador, la más importante que
jamás hubiera afrontado.
El
futuro de su raza estaba en juego.
Expandió su mente por toda Arcadia, haciendo caso
omiso a las voces de los humanos, buscando la impronta mental de
Siete. Ahora, después de haber asimilado sus huellas
psíquicas, la conocía y podía localizarla con
exactitud. Captó una débil señal, lejos de él,
y se puso en camino.
Entonces, una voz gelida, gutural, aguda y cavernosa,
que en tiempos pretéritos fue humana, llegada desde los
confines más lejanos de los ámbitos del universo.
Penetró en su mente y susurró sus palabras con aquel
tono siniestro, sesgado y cruel, que intimidaba hasta al propio
Maestro Mentalizador.
Merodak.
Maestro.
El
chico.
Ha
escapado, Maestro. Pero sé dónde está. Pronto será
nuestro.
El
tiempo se acaba, Merodak. Cada vez es más difícil
combatir a las hordas de Mundo Destierro. Hijo mío, he visto
la destrucción de nuestro pueblo en mis visiones. Debes
capturar al Guardián de la Torre a cualquier precio. Él
es la clave de la supervivencia de nuestra raza. Sólo él
podrá liberarnos de está prisión infernal. Debes
encontrarlo y educarlo para afrontar su destino.
Sí,
Maestro.
La
presencia del oscuro ser que le había enseñado los
secretos del Arte de los Mentalizadores décadas antes, después
de sellar pactos de sangre que iban más allá de la vida
y la muerte, se desvaneció devolviendo el control de su cuerpo
a Merodak, el Maestro Mentalizador.
Tal
era el poder de su maestro, el innombrable, que su mente, proyectada
a cientos de pársec de distancia cruzando el vasto océano
esferas dimensionales, invisibles para los sentidos de los
involucionados humanos. Era capaz de atravesar las barreras mentales
de Merodak sin esfuerzo, y hablarle a lo más profundo de su
conciencia. Mostrando un dominio sobre él, que le hacía
sentir impotente. Cada vez dudaba más del proyecto en que se
había embarcado. ¿Qué sería del Imperio
cuando su Maestro y sus elegidos regresaran? Ante semejante poder, la
armada de un millón de naves sería un obstaculo menor
en sus planes. A veces, Merodak pensaba que estaba cometiendo un
error. Pero la desapareción de su raza, en caso de no actuar y
el implacable control de su maestro, reducían sus opciones a
la nada.
Tenía que seguir adelante y salvar al Guardían
de la Torre.
Antes de que fuera demasiado tarde.
Sin
tiempo que perder, Merodak invocó el sigilo de Kronyr.
Un sello de gran poder que envolvía su cuerpo desde el pecho a
la espalda descendiendo hasta las caderas. Mientras, una lluvia de
runas caían desde el interior de la armadura amplificadora
luminiscente, o ese efecto daba, ya que el apenas perceptible dibujo
rúnico, se formaba a lo largo de toda la cubierta miles de
veces, para crecer hasta hacerse bien visible y volver a desaparecer,
imitiando el efecto de la lluvia. El color verde del sigilo, las
runas, y el aura saturaban la presencia de Merodak, cada vez más
distorsionada por su propio campo mental, que se lo separaba a pasos
agigantados del tejido de un universo.
El
Maestro Mentalizador, con los ojos en blanco, vislumbrando las
posibilidades del continúo espacio-tiempo. Eligió
existir a partir del siguiente segundo en una pequeña
habitación de un nivel superior al otro extremo de Arcadia,
cercano a Siete. Y cuando el poder del sigilo de Kronyr
envolvió por completo a su carcasa física, saltó.
El
abismo creado en el tejido del universo durante un instante, absorbió
el aire de los pasillos más cercanos a Merodak, alzando los
cadaveres de los celadores y los objetos más livianos.
Generando un fenomeno de compresión, que se invirtió
tras el cierre del abismo, descargando una violenta explosión
verde cuya onda expansiva borró los últimos vestigios
de la presencia de Mentalizadores en aquel infausto nivel.
Mientras, al otro lado, comandos de piratas
atemorizados, tras arrojar sus fúsiles láser al suelo.
Escapaban de la visión del demonio Mentalizador envuelto en un
aura distorsionada verde, que le confería un aspecto si cabe
más terrible y sobrenatural.
Una
sonrisa de perversa satisfacción cruzaba los labios impíos
de Merodak.
El
Guardián de la Torre, Siete, estaba muy cerca.
Prevaleceremos, Maestro.
Una
carcajada distorsionada aguda y sesgada, fue la única
respuesta llegada procedente desde los confines del cosmos.
17
horas antes...
Continúa en...
Crónicas de Mundo Destierro:
Lester Knight: ¡Saludos, queridos amigos de
Gamefilia! No me puedo creer que por fin haya publicado el principio
de primera novela de Mundo Destierro. Deseo de corazón que os
haya gustado. Este prólogo es un relato muy importante para
mí, ya que después estar de meses trabajando en la
ambientación y el contexto de la novela, marcó el
momento a partir del cual empecé a escribirla. Después
de tanto tiempo escribiendo apéndices, ardía en deseos
de contar todo lo que había imaginado.
La historia del prólogo es muy
curiosa, pues también fue la transición del trabajo
previo a la improvisación. Había planeado que la novela
se centraría principalmente en el relato del último
Mentalizador vivo del Imperio, después de la caída de
su raza, cuyo final podéis leer en un relato ya publicado, La
Ascensión de Falkenberg. La idea era presentar al personaje de
niño, saltar treinta años hasta el día en que
comenzó la cacería de los Mentalizadores, y volver a
saltar meses después relatando como el personaje realizaba su
propia odisea para salvar a su raza, mientras era perseguido por el
implacable Miles Zharum, Comandante de la Legion del Lobo, los
guerreros más formidables del Imperio, también
psíquicos.
Narrar la infancia del joven
Mentalizador me había interesado mucho, pero jamás tuve
la inspiración necesaria para armar un relato de la época
que mereciera la pena contar más allá del principio de
la novela; pero fue escribiendo este prólogo que me vino la
infancia de Siete a la cabezay que decidí cambiar el
planteamiento de arriba a abajo, dedicando la novela desde el
nacimiento del joven Mentalizador hasta su encuentro con Merodak,
relatando la vida de un Esclavo Mentalizador en la estación
pirata fuera de la ley más salvaje que ha existido jamás.
Lo cual motivó que no volvierá
a reescribir el prólogo, sabiendo que formaría parte
del tramo final de la novela, por lo que lo aproveché
principalmente para describir a Merodak por primera vez y definir los
poderes de los Mentalizadores que había ido evolucionado desde
los últimos relatos publicados aquí, así como su
manera de concentrarse y encadenar sus poderes, basados en la
concentración y el dominio de las energías que existen
en el universo y que emanan del propio Mentalizador.
Comos los lectores de siempre habreís
apreciado, Merodak parece ser mucho más poderoso de lo que era
Falkenberg en los relatos de antaño, y así es. Lo cual
se explica debido al gran salto temporal de la novela desde los
relatos originales, respecto a los que han pasado más de tres
siglos y Falkenberg ha desaparecido, siendo Mundo Destierro su último
destino conocido. Merodak es uno de los Maestros Mentalizadores más
poderosos de la orden actual, una orden que vive su momento de gloria
máxima, reconocida como el órgano que representa el
poder del Emperador en los planetas artificiales y las colonias
temporales.
En un imperio de billones de seres
humanos en constante viaje hacia la próxima galaxia, dominado por
una elite formada por los millones de nobles humanos que han
evolucionado a hombres espaciales, seres capaces de vivir en el
espacio y dominar la energía del universo a su antojo; los
Mentalizadores, los descendientes de la antigua sangre, se han
convertido en los elegidos del Emperador, pues gracias a aquellos
demonios psíquicos el Emperador puede controlar a una nobleza
tan ambiciosa como poderosa.
El Título de la novela “El
Duque del Destierro” procede de los rangos Mentalizadores en el
Imperio. La nobleza imperial, constituida por cien casas nobles de
cientos de miles de miembros y decenas de planetas bajo su control
con flotas estelares de combate privadas, soportan la tiranía
de los Maestros Mentalizadores, que en nombre del Emperador gobiernan
a las Casas Nobles velando por su lealtad. Dicho de otro modo, cada
dos o tres Casas Nobles son estrechamente controladas por un Maestro
Mentalizador, una criatura implacable que todo lo sabe y ante la que
cualquier signo de rebelión no es más que el preludio a
la más horrible de las muertes.
Dentro de los Mentalizadores, los
Duques eran aquellos Mentalizadores encargados de controlar a las
Casas Nobles; función que solían desempeñar con la
ayuda de sus discípulos y el soporte de los alumnos de su
propia escuela, que establecían en la metrópolis de
Casa Noble más importante bajo su control.
“El Duque del Destierro” no es nada
más ni nada menos que título de Falkenberg, el líder
de la orden durante casi dos siglos, aquel que jamás gobernó
a ninguna Casa Noble, pues su misión era ejercer de Ejecutor Imperial y eliminar cualquier rastro de rebelión. El nombre,
irónicamente, le acrédita legalmente como Señor
de Mundo Destierro, pues, el Emperador, con el que mantuvo una
relación especial de mutúo respeto, en su tiempo le
prometió que le concedería cualquier gobierno, y
Falkenberg, décadas después le demandó Mundo
Destierro, aquel planeta eliminado de los archivos imperiales tras la
huida del antiguo Emperador; al que finalmente fue enviado para
capturar a unas Casas Nobles que fueron exiliadas allí para
aniquilarlas, con unas consecuencias imprevistas: el nacimiento de
los Vampiros Demoníacos, antiguos Nobles Posthumanos que
habían mezclado su sangre con los demonios del Abismo.
El motivo del título para la
novela es que a partir de la segunda trilogía, pues había
previsto escribir de seis a siete, Falkenberg pasaría a ser el
protagonista absoluto, dedicando las primeras a presentar el universo
de Mundo Destierro poco a poco. Pero ya me estoy enrollando
demasiado...
Espero que os haya gustado este comentario contextual. A
partir de aquí, en el caso que os guste el prólogo, iré
publicando cerca de veinticinco capítulos más.
PD: Quiero despedirme dando las gracias a todos vosotros, mis amigos y lectores, sin los que jamás me hubiera atrevido con un proyecto semejante, y a Meristation por las portadas que habéis ido dando a este humilde blog de literatura; Mundo Destierro es lo que es hoy gracias a vosotros
Un saludo a todos!
16 Comentarios:
Un arranque mu interesante.
21 de Marzo de 2010 • 20:10 — Planck... (invitado)Wow
21 de Marzo de 2010 • 22:00 — thouySin palabras, croe que estamos ante un verdadero universo nuevo que has creado!!! Mis felicitaciones y no me queda mas que quitarme el sombrero (si usara jajajaja)
Saludos! y espero esos nuevos capítulos!!!
¡Fantástico comienzo!
22 de Marzo de 2010 • 00:06 — Meleiz¡Fantástico comienzo! Merodak me encanta, y la historia ha sido tensa hasta el final, a mí personalmente me ha mantenido en vilo. Excelente prólogo, y a la espera de esos futuros capitulos que irás publicando...
También me encantan esos comentarios que dejas al terminar el relato, todo lo que explicas y das a entender, y cuando puedes extenderte fuera de la narración... Es un detallazo y yo disfruto también de su lectura.
¡Cinco estrellazas para un relato que se merece diez, y a la espera, expectante, de los siguientes capítulos!
Gracias por vuestros comentarios!
22 de Marzo de 2010 • 01:23 — Lester KnightMe ha hecho ilusión saber que os ha gustado el prólogo de la novela. En unos días publicaré con sumo gusto el primer capítulo
Planck: Bienvenido a Mundo Destierro. Espero que los próximos capítulos te resulten igual de interesantes. Por cierto... tu blog es un tanto diferente
Thouy: Qué bueno verte por aquí de nuevo. Gracias por los ánimos y el gesto virtual de sombrero
. Me alegra que disfrutes del humilde universo al que voy
dando vida con cariño. Esta semana tendrás algún
capítulo por aquí, tu casa
Un saludo!
Meleiz: Te voy a decir lo mismo que a Thouy, es un placer volver a verte, y encima tan contento con el prólogo. Sólo por eso merece la pena haberlo escrito. Si te soy sincero, en su momento me costó bastante sacarlo adelante. Conocía muy bien a Merodak de los apéndices, pero el darle vida como personaje en el inicio de la novela y usando en la narración por primera vez los poderes de los Mentalizadores de la época me resulto difícil. A mí, personalmente, siempre me ha gustado mucho el prólogo, pero me ha generado cierta inquietud, pensando que los lectores podrían encontrar excesivo el tiempo invertido en detallar el ritual psíquico de Merodak; por lo que es alivio ver que os ha gustado tanto.
Sobre los comentarios, los escribo con mucho gusto; a mi manera, hago lo que puedo para transmitiros el mundo que existe en mi cabeza, y que muchas veces, no llega a verse reflejado del todo en los relatos. Siempre he pensando que a algunas personas, como tú, les podría resultar divertido saber un poco más, y quien con el relato tenía bastante, podía omitirlo su lectura, que para algo esto es un blog donde entretenerse sin más pretensiones.
En el próximo capítulo será presentando, Siete, el Esclavo Mentalizador que tanto interesa a Merodak, en un relato desgarrador de su confinamiento y “educación” psíquica, en el interior de la celda del propio prólogo.
Me despido recomendando un par de buenas lecturas de las que he disfrutado el fin de semana en Gamefilia rubricadas por la pluma de unos buenos amigos: RikkuInTheMiddle – Mass Effect Close Encounters & Morgennes – El Preso y el Velo
Un saludo a todos!
Pues...
22 de Marzo de 2010 • 04:10 — WoozieLa verdad es que para ser el comienzo a mi me ha gustado bastante, aunque al ser casi lo primero que leo de tu puño y letras pues como que me he hecho un poco la picha un lio con muchos terminos xD ( que espero ir aprendiendo al ir leyendo tus entradas anteriores y nuevas ).
Tengo ganas de saber mas, por lo que por mi puedes ir publicando poco a poco el resto de capitulos que los leere encantado. Eso si, por lo menos a mi personalmente la letra se me hace un poco chiquitina, no se, Arial tamaño estandar a la hora de leer un relato largo no me mola mucho que digamos xD
Y simplemente eso, a seguir asi que tengo/tenemos ganas de mas. Un saludo ^^
Me he perdido un poco...
22 de Marzo de 2010 • 12:48 — RikkuInTheMiddleEn un primer momento, creía que el Maestro de Merodak era Falkenberg, el más poderoso de los Mentalizadores, pero en tus aclaraciones finales das a entender que Siete, el guardián de la torre, es Falkenberg cuando aún era niño y no había desarrollado todas sus habilidades. Si es así, esto se pone más que interesante puesto que su poder es muy superior al del Merodak y al de su Maestro.
Me ha parecido estupendo la forma de encadenar los sigilos y los poderes asociados a ellos, especialmente el último de ellos. Simplemente, un prólogo increíble.
El Guardián de la Torre
22 de Marzo de 2010 • 14:48 — Lester KnightWoozie: Buenas de nuevo! Me alegra que te haya gustado el prólogo. Comprendo que algunos terminos propios puedan resultar confusos. La verdad es que este prólogo fue escrito dando por supuesto que el lector habría leído los relatos anteriores; incoveniente que he subsanado en el resto de la novela ofreciendo una explicación de cada detalle según se introduce. Personalmente, te recomendaría leer los relatos de Falkenberg y los apéndices del Imperio, que son el contexto de salida de la novela. Por lo demás, estaré encantado de ir publicando más capítulos; a ver si te gustan igual
Gracias por la sugerencia de la letra, buscaré alguna fuente que haga la lectura más cómoda, aunque se admiten propuestas al respecto.
Rikku: Lamento la confusión del prólogo respecto a la identidad de Siete, pero, el Guardián de la Torre, el propio Siete, no es Falkenberg. Es un mentalizador muy joven esclavizado por un Señor Pirata de la Arcadia. Aunque es de vital importancia para el destino de los Mentalizadores, pues es el único Mentalizador de su generación con un poder muy especial. Hasta la fecha, el único Mentalizador que lo había tenido era Falkenberg, y sin la ayuda de Siete, su raza se extinguirá.
Con Falkenberg atrapado en Mundo Destierro por motivos que no puedo desvelar, éste se vale de su discípulo secreto en la orden actual, Merodak, para buscar a Siete antes de que el enemigo sepa de su existencia, desencadenado un conflicto a escala galáticta por la posesión del preciado Mentalizador.
Eso sí, Siete, como bien has dicho, es el Mentalizador potencialmente más poderoso de su época, y el único que podrá rivalizar en el futuro con Falkenberg. El motivo de su talento, es que ambos comparten orígenes similares. Pero éso ya se irá desvelando en la novela, ya que planteamiento es ir presentando cada elemento de la trama secuencialmente.
Estoy muy contento de que te hayan gustado los sigilos. Para la novela quería empezar a usar parte del sistema de poderes que he diseñado para Mundo Destierro. Estaba muy cansando de las formulas de siempre y quería hacer algo diferente, algo propio, que se irá expandiendo con ejemplos como “La Domina Deronia, Guerrera de la Luna Oscura”...
Un saludo a todos!
¿Os gustaría qué escribierá "El Dragón Blanco"?
23 de Marzo de 2010 • 18:32 — Lester KnightLa publicación de la novela me ha traído de vuelta muchos recuerdos de aquella época imperial, que me han conducido a una historia ambientada décadas antes, en una desolada estación espacial en ruinas, atrapada en la órbita de un mundo lejano, en cuyo interior Falkenberg ha construido una base secreta. Un centro siniestro en el que mantiene activo un manicomio de presos enloquecidos por él, que guardan información y personalidades de sujetos asesinados anteriormente por él, cruciales para sus planes; donde además entrena a su Guardia de Honor, un escuadrón de Mentalizadores, discípulos suyos leales a muerte.
El argumento de la historia gira entorno a la visita de un joven Merodak, que acude para realizar las impías pruebas necesarias para ser aceptado como un discípulo preferente, dando lugar a un violento enfrentamiento entre ambos de ideales, poderes psíquicos y espada contra espada. ¿Qué podeís encontrar en la historia? Un Merodak muy joven, diferente al de la novela, conocimientos de su pasado; un Falkenberg en la era Imperial nunca visto en ningún relato publicado; diálogos y ambientación diferentes a lo habitual; y un combate psíquico endiablado, usando las bases del prólogo presente.
Tengo otras historias que quiero escribir pronto, pero si ésta os gustará especialmente, igual un día os doy una sorpresa. ¿Qué os parece?
Un saludo a todos!
Jejeje pues
23 de Marzo de 2010 • 20:05 — thouypor mi encantado!Hazlo tranquilo y en tu tiempo que sé que todos esperaremos con paciencia!!
Saludos!!
Genial
29 de Marzo de 2010 • 12:04 — DesmodiusÉsta entrada derrocha calidad por los cuatro costado, Lester, ¡es genial! Apenas empezar a leer las primeras líneas ya se siente uno ambientado en la tensa atmósfera que describes. En general, todo el texto me han encantado... siempre he admirado tu capacidad crear "ciencia fantástica", la mezcla de ciencia ficción y fantasía.
Sobre lo que comentas, parece que traes idea geniales y estupendas para leer. Ya veremos cómo continúa la historia en los siguientes 25 capítulos. Y si el siguiente continúa como imagino que será... bueno, sólo decir que me tendrás leyendo para devorar cada nueva entrada.
Como dato curioso que no quiero omitir, debo contar que fue hace tiempo leyendo tu blog cuando descubrí la palabra "ignoto"... ¡Gracias por la enseñanza y estas magníficas historias!
Saludos,
Desmodius.
Trato hecho!
29 de Marzo de 2010 • 19:31 — Lester KnightThouy: Ya tengo el guión de “El Dragón Blanco” escrito. La verdad es que me encanta. Cuando disponga de unos cuantos días tranquilos seguidos para escribirla me pongo a ello.
¡Un saludo!
Desmodius: Me alegra de sobremanera que te haya gustado el capítulo, querido amigo. Confieso que he sonreído al saber que el texto transmite la atmosfera tan especial que sentí al escribirlo. El termino de “Ciencia Fantástica” es muy bueno. La verdad es que no se me había ocurrido nunca, aunque sea el concepto que quizás mejor define mi obra. Si no te importa, a partir de ahora también lo voy a usar
Los capítulos que vienen nos muestran una parte de Mundo Destierro que nunca había abordado, al menos de manera pública: La era imperial, sus conflictos, la vida en el espacio y las estaciones especiales, los piratas, las sociedades secretas, la trama de los Mentalizadores y la naturaleza de los Nobles Posthumanos así como la relación cada vez más tensa entre ambas facciones... una ambientación que nunca hemos tenido la oportunidad de explorar, al ser la mayoría de mis relatos escritos en Mundo Destierro, el planeta.
Saber que vas a leer los capítulos es una pequeña ilusión para mí
Tu comentario final es buena prueba de cuanto nos podemos enriquecer los unos de los otros. Yo tampoco conocía la palabra “ignoto” hasta hace un par de años, cuando Erikadams me acabó convenciendo de comprarme las obras completas de Lovecraft. Allí descubrí esa palabra que a mí también me gusta, como otras muchas, además de nuevas fuentes de inspiración.
Es lo mágico de Gamefilia, cada persona tiene algo que enseñar a los demás
¡Un saludo a todos!
Madre mia Lester ¡¡menudo
29 de Marzo de 2010 • 23:21 — ShaiyiaMadre mia Lester ¡¡menudo prologo!! Que intenso por amor de Dios, si hasta podia sentir esos sigilos mientras avanzaba...
Impresionante el personaje que has creado, estoy deseando ver que le ha ocurrido a Falkenberg, como desarrollará su potencial Siete y la evolución de este gran mentalizador que nos has presentado, su imagen ya está en mi cabeza y tengo muchas ganas de saber más de él, porque pese a presentarnoslo como un hombre sin miedos, valiente y poderoso, has dejado entreveer una pequeña ranura de dudas y miedos que creo darás mayor forma en un futuro...
Excelente Lester.
Muchas gracias, Shaiyia!
31 de Marzo de 2010 • 17:46 — Lester KnightEs una tremenda alegría para mí que te haya gustado tanto el personaje de Merodak, un pilar transcendental en la historia de Mundo Destierro, cuyas aventuras, al igual que Falkenberg, se prologan durante siglos. Es un hombre de honor, con su propio código, que soporta estoicamente la responsabilidad de liderar la época posterior a la desaparición de Falkenberg, consciente de que sus decisiones cambiaran el curso de la historia; situación que atormenta constantemente su conciencia, buscando el camino menos malo, el más difícil.
Como deja entrever sus pensamientos del prólogo, existe un conflicto latente entre él y Falkenberg, una profunda división, una herida abierta que no deja de sangrar; desde sus tiempos como discípulo y maestro ya tuvieron sus diferencias, aunque la necesidad los ha obligado a ser aliados. En la novela, además de la lucha desesperada por Merodak por salvaguardar su raza, veremos que evoluciona el conflicto entre ambos personajes, su mutúa competición por influir a Siete y el desenlace de un desencuentro que Merodak jamás ha perdonado a Falkenberg.
Una historia que he pensando recoger en un futuro relato: “El Dragón Blanco”
¡Un saludo!
Impresionante, además he
7 de Abril de 2010 • 20:42 — KiovichImpresionante, además he releido el capitulo 1 con la infancia de 7 y estoy impaciente por continuar leyendo.
Saludos y muchos animos ;)
^^
8 de Abril de 2010 • 02:14 — dream theater 15Me confundí un rato al principio, mira que me perdí con lo del maestro mentalizador X-D, de todas maneras me parece interesante, y por mas que lo intento no me quito de la mente un ambiente sci-fi con estilo antiguo (como un FF vamos :P, no se si me explico. ) Es eso a lo que apuntas a hacer? (O yo me hago muchas pajas mentales y si lo haces, pero me falla la memoria de tanto tiempo sin leerte X-D ).
Un saludo.
PD: Si tu te enrollas mucho, y mira que es tu historia, imagínate algunos lectores X-D
Gracias a los dos!
12 de Abril de 2010 • 19:30 — Lester KnightKiovich: Agradezco de verás tu entusiasmo. Vuestras ganas por leer lo que sigue se convierten en las mías por escribirlo. Esta misma tarde vas a tener una agradable sorpresa. Ando corrigiendo cierto tercer capítulo
Un saludo!
dream theater 15: Hombre, bienvenido de nuevo! Hace unos días me preguntaba que sería de ti. Me ha alegrado encontrarme con tu comentario, más sabiendo que te gustó el capítulo. Es buena cosa que tengas la sensación de Ciencia Ficción antigua al leer el relato. Es mi favorita, sin ningún tipo de dudas, exceptuando casos como “Dan Simmons” La verdad es que a la hora de crear Mundo Destierro, siempre he tenido presente aquellas historias que me marcaron en la infancia, deseando hacer mi propia interpretación al respecto, para luego encontrar mi propio camino, del que tal vez, los Mentalizadores sean buen ejemplo.
PD: Si te ha parecido que me enrollo mucho, en lo cual te doy toda la razón, esperate al comentario de hoy al final del capítulo: un apéndice propio por sí mismo
¡Un saludo a todos!